jueves, 5 de julio de 2007

No creo en dios


No,no creo en dios.

Hace muchos años dejé de creer en que exista algo más después de la muerte, me di cuenta de que era imposible, que desaparecemos, al dejar de funcionar nuestro cerebro, que es lo que crea nuestros pensamientos, personalidad, sentimientos...No creo en las almas, me gustaría pero estoy segura de que no existen, a veces quiero pensar que quizá me equivoque. Pero sé que no.

Por esto no tengo fe en que exista un dios, que nos haya creado, ni que nos vaya a juzgar al morir.

La vida sin fe es desesperante y triste, sabes que no hay nada más y que toda la gente que ha muerto a tu alrededor no está en ninguna parte ahora, sólo sus huesos en sus tumbas...Pero aunque sea doloroso no puedo obligarme a creer, porque sería engañarme.

A veces me pregunto cómo he podido llegar a sentir este vacío tan grande, esta desesperanza, esta tristeza,...al pensarlo recuerdo tiempos pasados, tiempos en los que creía en dios y en el ser humano, y que la vida me fue dando puñetazos, para darme cuenta a la fuerza de que no había esperanzas. Muchos acontecimientos me atormentaron hace años, entre ellos la maldita guerra de Irak, los atentados del 11 de marzo (unos días antes de mi 19 cumpleaños), el suicidio de mi tía, la muerte repentina del hermano pequeño de mi mejor amiga de la infancia,...fueron tantas cosas en poco tiempo...y entre tanto horror lo que me quedaba de inocencia desapareció, junto con mi felicidad y mi sonrisa. Cuando era niña todos los adultos decían de mi que daba gusto estar conmigo, por lo alegre y expresiva que era, estaba todo el día corriendo de aquí para allá y todo me hacía ilusión. Mi mayoría de edad tan esperadísima por mi cuando era niña dio comienzo a la peor etapa de mi vida...que poco a poco se fue oscureciendo...hasta convertirse en algo negro, vacío y terrorífico, así veo el mundo hoy, está repleto de maldad, de ignorancia y de tristeza.

Me siento impotente, y avergonzada de pertenecer a un ser tan despreciable como es el ser humano.


Fui a un colegio de curas durante 12 años, toda mi infancia y adolescencia, y allí descubrí a las peores personas que he conocido. Algunos curas eran buenos, pero fueron desapareciendo, unos se iban a otros colegios, otros murieron...En cuanto a los que quedaron...se veía la maldad en sus ojos, siempre recordaré esa mirada de desviados, de locos, parecida a las de los malos de película, por no hablar de su comportamiento, más cercano al de Hitler que al de Jesucristo. Gracias a ellos descubrí lo que era el racismo, la homofobia, el fascismo, la misoginia, y la maldad pura en todo su esplendor. Pero según ellos eran cristianos...qué daño han hecho a esta religión tan bonita y pacífica.
Las mujeres para ellos eramos pecadoras, y tentabamos a los hombres con sexo. Putos viciosos, por entonces eramos niñas y no entendíamos nada, ni siquiera sabíamos que existieran diferencias entre el hombre y la mujer más allá del maquillaje y el pelo largo.
Siempre pensaban en lo mismo, siempre, nos decían que eramos flores que como nos dejaramos deshojar nos marchitaríamos...que masturbarse era pecado mortal e iríamos todas al infierno. Porque aunque para los chicos también fuera pecado no lo era tanto porque según ellos era normal que el hombre no puediera aguantar sus impulsos. La mujer era el pecado hecho carne...no podíamos ni tener pensamientos "impuros". Lo peor de todo es que esto provocó que por mucho tiempo me sintiera culpable al tocarme o al dejarme tocar. Cómo podían hacernos tanto daño, hacernos sentir mal por sentir placer!
Ahora me es difícil distinguir el placer del dolor, aunque por lo menos, a veces, consigo no sentirme tan culpable.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Por casualidad he encontrado tu blog y me he permitido la osadía y la indiscreción de ojearlo y leer lo que escribes (todo).
No sé como eres, ni quién eres, ni donde vives o a que te dedicas y si te soy sincero, no tengo interés en saberlo. Lo único que veo es una pantalla de color negro con letras y dibujos, pero estoy completamente seguro de que los ordenadores no sienten ni padecen, así que supongo que ahí detrás estas tú... alguien.
Puede que ahora mismo pienses... “¿quién es este capullo?”, “¿es que no tiene nada mejor que hacer?”.
Pues sí, soy bastante capullo... y no, no tengo nada mejor que hacer (estoy aburrido de cojones en el trabajo), pero... me apetece escribirte.
Veo que no te sientes muy a gusto y no soy nadie para darte consejos (solo faltaría), no he padecido episodios como los que cuentas, pero si he llegado a escribir mis pensamientos y mis “comeduras de tarro” como tú y tengo que reconocer que las conclusiones y las similitudes son asombrosas.
Opino que no tenemos ni puñetera idea de lo que es la belleza, reconozco que he criticado a mi madre, he pensado en muchas ocasiones que era una mierda parlante, no conozco a dios (si algún día me lo presentan te lo haré saber) aunque si confío en que exista algo más al otro lado (es muy probable).
Sus chicos de negro con alzacuellos los quiero lejos a ser posible (existe alguna excepción, pero me sobran los dedos de una mano), y pienso que cada nueva generación es más gilipollas que la anterior (de padres gilipollas, hijos gilipollas), por eso se están perdiendo valores como el respeto, la educación, la humildad... y sobre todo la personalidad.
He quedado con alguna amiga o amigo para tomarme un café y dan más importancia a como colocarse la chaqueta, a retocarse el flequillo o a como han de cruzar las piernas para hablar conmigo que a una buena conversación o una risa. De pena!!!
No sé realmente como te sientes, solo lo intuyo por lo que escribes, pero me gustaría decirte que aunque te hagas llamar Hija de la Locura, estas más cuerda que mucha de la gente que conozco. Y sobre tus complejos, inseguridades y malos ratos, no te preocupes... no creo que tengan nada que hacer contra una tía como tú.

Me aplicaré parte de la conclusión final de tu texto titulado “La belleza”, el ¡¡¡que asco de todo, jajaja!!!.
(Ruego disculpes mi intromisión)
Cuidate.

Javier

Anónimo dijo...

Por cierto, posiblemente visite tu blog en alguna otra ocasión. (Para ver si ya le has dado unas hostias al capullo que te cruzaste por la calle). Anímate.

hijadelalocura dijo...

Gracias por tu comentario!Todo lo que he escrito en este diario,por llamarlo de alguna manera, es muy personal, lo saco de dentro de mi, de mis sentimientos más profundos, nunca me he considerado buena escribiendo, soy de ciencias :). Pero sentía una necesidad enorme de hacerlo, de escribirme, aunque suene raro, a mí misma, siendo sincera.

Ah y no pienso que seas un capuyo por meterte aquí, yo también miro otros blogs, me gusta mucho, porque en el anonimato se dicen muchas verdades que a lo mejor cara a cara se tendría miedo de decir.

Un saludo Javier :)